Martín no era una persona madrugadora. Antes, cuando abría los ojos, a su gato se le erizaban los pelos del miedo. Los gritos del gato ahuyentaron a los pájaros y los árboles perdieron sus hojas. Las plumas y las hojas en el jardín molestaban a Martín, cuyos gruñidos llegaban a los vecinos. Un cambio es necesario Por eso Martín decidió inventar una receta de pasteles para aquellas personas que, como él, no les gusta desayunar. Ahora, selecciona entre tus espaldas los mejores ingredientes que te hagan feliz, como las deliciosas cajas de chocolate. El efecto nunca dura. Tan pronto como empieza a preparar sus galletas, comienza a silbar, acompañado de su gato, sus vecinos y todos los pájaros del jardín.

Caja de 100g