Martine tiene tanta energía que acaba su jornada en medio día. Por la tarde mira con mucha energía por la ventana, lee con movimientos rápidos de ojos y manos libros enormes sobre energías renovables y por la noche da un triple salto mortal en la cama y sueña con mucha actividad. Pero un día, cuando Mathilde vio a un hombre muy cansado esperando en la parada del autobús, tomó una decisión: la energía mundial necesita urgentemente una distribución más justa. Así que empezó a hornear galletas llenas de energía con avena y pasas, para que todos tuvieran la oportunidad de acabar el día antes y mirar con energía por la ventana.

Caja de 100g