Su singular sabor amargo, con tiznes evocadores a sensaciones de óxido en primera instancia (ligeramente acidulado), resulta sutilmente delicado al poco tiempo de su degustación, haciendo de ella una miel natural fácilmente reconocible.
Su peculiar sabor amargo se debe a una mezcolanza de componentes como los heterópsidos, arbutina, taninos, … Que las abejas procesan hasta producir esta exquisita miel, reina de la apicultura invernal.
De cristalización habitualmente rápida en gruesos granos, posee una textura singular, granulosa y agradable al paladar. Se aprecia un color que evoluciona desde el marrón ambarino cuando solidifica, hasta adquirir un tono más oscuro cuando se encuentra en estado más fluido.
Su aroma es penetrante, consistente y singular.
Es, por estas razones, una miel muy apreciada en las culturas árabes para su uso en recetas tradicionales culinarias o en uso cosmético.
250g