La miel natural de roble posee color ámbar oscuro, muy intenso y dulce sabor rotundo, penetrante, malteado, que evoca una fascinante sensación amaderada de ancestrales orígenes. Su aroma es nítidamente intenso y persistente con tiznes malteados, acopiando sensaciones mentoladas ligeramente aromatizadas. Cristaliza escasamente dando lugar a una miel profundamente densa.
La cosechan las abejas durante el final del verano, dando lugar a una singular composición basada fundamentalmente en ricos mielatos, procedentes de secreciones resinosas, que exuda el roble (Quercus robur) como especie vegetal más representativa; en menor medida, el polen y néctar de las flores de brezos (Erica sp), castaños (Castanea sativa) y especies de porte bajo, aderezan esta exquisita y dulce mezcolanza montañesa de intenso color oscuro.
250g